Llegó un nuevo artículo y con él un jugo de color naranja, aromático, dulce y delicioso que al igual que el resto de los jugos Happy Verde, viene con un propósito. Te voy a contar cuál es, pero adivina qué? Vamos a contarlo con un poquito de bochinche. Ohh sí, ahora sí se puso buena la cosa…
Bochincheemos sobre la mandarina: esta fruta cítrica, es originaria de África y después fue exportada desde Tanger, Marruecos (por esto el nombre tangerina) a Europa.
Pronto la fruta llegó a Brasil con su nombre tangerina, pero ellos fueron un poco más creativos y le cambiaron el nombre a mexeriqueira. Muchos dicen que es derivado del verbo “mexericar” que significa bochinchear.
Hicieron esta comparación porque al comer una mandarina dejamos la cáscara por todos lados… Es decir, que la mandarina se riega y deja su rastro. Y además, por su olor. El olor de la mandarina es tan fuerte, que delata rápidamente a quien la comió y siempre se queda por mucho tiempo, incluso después de varias horas de haberla comido.
Así mismo es la persona que bochinchea. Lo que nosotros entregamos al mundo por nuestras bocas tiene mucho poder. En especial porque la información se riega como las cáscaras… y el efecto de lo que dejamos se puede quedar impregnado tan fuerte como el olor de una mandarina.
Pero seamos honestos, en este artículo no estoy hablando de esa persona que todos conocemos que se la pasa hablando de la falda muy corta de fulanita, y la copiona de Juanita. No. Let's be real…todos hemos escuchado y hablado algo de bochinche.
Y no lo digo porque estoy asumiendo que eres ese “tipo” de persona. Sino porque bochinchear es parte de nuestra sociedad. Tanto así que un estudio de la Universidad de Ámsterdam encontró que 90% de las conversaciones en oficinas de trabajo califican como bochinche. Y en un estudio de Georgia Tech se concluyó que hoy en día 15% de los e-mails que se mandan son bochinche.
Pero vámonos más atrás… muchos de los antiguos jeroglíficos egipcios se consideran que eran bochinche. Entonces sí, podemos todos admitir que lo hemos hecho. Y más aun entender que en los tiempos de antes, nuestros ancestros vivían en grupos cooperativos pequeños que competían con otros grupos por comida, tierra, etc. Y el bochinche era la manera de crear vínculos y a veces era una herramienta para separar a aquel que no apoyaba a el grupo.
Sin embargo, el bochinche colectivo de hoy en día, como el de las celebridades, nos da un scope a los valores de el mundo en que vivimos. Las revistas y websites de este tipo de bochinche son negocios grandísimos con millones de lectores (las Kardashian, please!). Vemos series que se tratan de la vida de otros, editada para mostrar lo que el público quiere ver. Esto es lo que nos llena, porque esto es lo que pedimos... Estos son los valores que estamos pasando a las próximas generaciones. Y de alguna forma, nos sirven para entender el mundo de hoy y para poder estudiarlo en las generaciones venideras, así como nosotros lo hicimos con los jeroglíficos. Lastimosamente nos llena, pero muy poco nos nutre (si, asi como comer un donut).
Al final, es importante saber que el bochinche se propaga después de filtrarlo por nuestras emociones. Es decir, que cuando escuchamos un bochinche y lo vamos a pasar, el tono cambia y se adapta a lo que nosotros interpretamos y pensamos por nuestras emociones y experiencias. Le untas un poquito de ti, le pones un poquito de tu olor de mandarina.
Pero la realidad es que todos sabemos que el bochinche no siempre nos cuenta la verdad, que nos crea una realidad que no siempre es la correcta, que tiene el poder de destrozar una vida (13 reasons why, anyone?), que el bochinche no siempre huele tan rico como las mandarinas…
Hablar no es un problema, hasta que empezamos a destrozar con las palabras. Bochinchear es algo natural pero nosotros tenemos el poder de manejar cómo lo hacemos.
Y es aquí donde viene el mango… Una fruta que puede ser súper acida o dulcísima. Está en tus manos. Y nosotros decidimos agregar a M&M el mango es su madurez. Cuando es suave, cuando es dulce... Para demostrar, que aunque la realidad es que es muy difícil que no exista el bochinche, el mismo puede ser positivo y tan dulce como el mango…
- Si te encuentras en una situación en la que estás hablando de otra persona, enfócate en lo positivo.
- ¿Cuáles son tus valores? Pregúntatelo antes de hablar.
- Asegúrate que si vas a desahogarte de algo, lo hagas con la persona correcta y de manera honesta.
- Desmiente los rumores falsos. Defiende a las victimas de ellos…
- Recuerda “What Sussy says of Sally, says more of Sussy than of Sally”
- Si tienes la costumbre de siempre hablar de los demás, comienza a hablar de otras cosas! Lee sobre cultura, arte, filosofía, hay tanto en este mundo de que hablar!
Y entonces, cuando tomes M&M mientras conversas, recuerda que está en tus manos dejar un olor de mandarina que sea tan dulce como el mango (maduro).